Computadoras y robots en la ciencia ficción y fantasía (primera parte)

El idioma castellano es ciertamente rico y depende el país, cada significado puede tener una palabra diferente que lo encierre. He utilizado computadora en el título, para hablar del tratamiento de dichas máquinas o artilugios en los campos literarios de la ciencia ficción y fantasía. En España la palabra habitual es ordenador, pero en homenaje a toda la parroquia del continente americano, he decidido utilizar computadora. En una serie de artículos, ya que soy un lector voraz de libros, y uno de mis generos favoritos es la ciencia ficción y la fantasía, voy hablar de obras, que durante la historia reciente, de los últimos siglos, han tratado de una u otra manera las computadoras y los robots.

Computadoras y robots en la ciencia ficción y fantasía

Los computadoras han sido tratadas de diversa manera en la literatura desde hace siglos, ya de hecho en la novela de aventuras del escritor satírico Jonathan Swift llamada “Los viajes de Gulliver” escrita en el siglo XVIII, presenta a un inventor que ha creado una gigantesca máquina diseñada para que “la persona más ignorante” pueda “escribir libros de filosofía, poesía, política, derecho, matemáticas y teología”. Este “motor” contiene una gran cantidad de “bits” repletos de todas las palabras que contiene el lenguaje “todos unidos entre sí por medio de cables delgados” que pueden activarse mediante manivelas, generando de éste modo todas las posibles combinaciones lingüísticas. Los resultados son recogidos por escuadrones de escribas, que reproducen copias impresas, de las secuencias de palabras que tengan sentido.

Portada original de la obra "Los viajes de Gulliver" Los derechos son de Dominio Público

Portada original de la obra «Los viajes de Gulliver» Los derechos son de Dominio Público

La máquina de jugar ajedrez

En el mismo siglo, en plena revolución industrial, se soñaba con generar una serie de autómatas mecánicos, capaces de realizar ciertas tareas. De hecho en esa época existió un autómata capaz de jugar al ajedrez, creado por Wolfgang von Kempelen, que fue capaz de ganar a grandes jugadores, incluso a Napoleón, llenando de fascinación y asombro las caras de las personas de la época. Dicho ingenio se llamó “El Turco” , y más tarde se descubrió que era un fraude, ya que dentro albergaba una persona. En el siglo XIX, el genial escritor Edgar Allan Poe, basándose en esta historia, escribió la obra “Maelzel’s Chess Player”, que traducido al castellano viene a decir “El jugador de ajedrez de Maezel”. De hecho, el propio Poe, fue testigo de dicha máquina es un espectáculo.

Maria de la película "Metropolis"

Imagen de Maria, de la película «Metrópolis» del museo de la fama de Pittsburgh, en Pennsylvania, Estados Unidos. Derechos de la imagen al final del artículo.

Mujeres autómatas

En la obra del escritor E.T.A. Hoffman, llamada “Der Sandmann”, escrita en 1816, existe un personaje femenino llamado “Olimpia” Se trata de una autómata, que baila a la perfección y su objetivo principal es la adoración a su amante, de hecho el personaje principal se enamora de ella. Un siglo más tarde, Fritz Lang, en el clásico del cine “Metrópolis”, una mujer de metal, llamada “Maria”, creada por un malvado científico, es la imagen de una mujer perfectamente sexy. Todas estas autómatas se pueden considerar como parte de los primeros computadores de ficción que contienen programas almacenados. En la obra de M. L. CampbellLa automática chica para todo” del año 1893, la autómata femenina contiene una serie de programas que le permiten cierta autonomía.

The Tin Woodman of Oz

Portada del libro «The Thin Woodman of OZ» de L. Frank Baum. Los derechos son de Dominio Público.

Si avanzamos en el tiempo y dirigimos la vista a la obra “El mago de Oz” de Frank Baum, en ella se encuentra una máquina llamada “Tik-Tok” el «Hombre de ojalata». Cuando se interactúa con ella y se le pregunta ¿Estás vivo?, responde “No, no soy más que una máquina. Pero puedo pensar, hablar y actuar” Más adelante, dicha inteligencia artificial se pulió en otras obras, como en la de Harl Vincent, en 1934, publicó “Rex”. Donde el personaje usa “un maravilloso cerebro mecánico” para crear una dictadura robot. Otra obra, en este caso de John Wyndham, llamada “La máquina perdida”, que vio la luz en el año 1932, trata de un visitante robot creado por marcianos.

Las leyes de la robótica

En cualquier caso, el más influyente, por toda su obra, es Isaac Asimov. Que concibió infinidad de robots y entes mecánicas, que se regían por sus Tres Leyes de la Robótica, articuladas por primera vez en su obra “Runabout” , en castellano «Circulo vicioso» Dichan leyes son:

  1. Un robot no hará daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.
  2. Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la primera ley.
  3. Un robot debe proteger su propia existencia en la medida que esta protección no entre en conflicto con la 1era y 2da ley.
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Portada de la revista «Astounding Science Fiction«, donde aparece el relato «A Logic Named Joe» de Murray Leinster

A partir de la segunda guerra mundial

A raíz del conflicto armado que comenzó a finales de los años treinta del siglo pasado, se construyeron máquinas mecánicas y electrónicas para diversos fines, englobados en ofrecer ventajas a las potencias beligerantes. En la década de los cuarenta y cincuenta se crearon una serie de gigantes computadoras, sus hermanos de la literatura de la época fueron similares. El escritor Murray Leinster en el año 1946 escribió “A Logic Named Joe”, en dicha obra cada hogar tiene una “lógica”, que no es ni más ni menos que una computadora, con pantalla y teclado, conectada a una serie de superordenadores interconectados entre sí. A través de éstas los usuarios pueden acceder a toda la información, resolver problemas, ver programas de entretenimiento, comunicarse entre sí, utilizar sus cuentas de crédito, de hecho, incluso, existen censura para evitar cierto contenido con protección infantil. Todo un visionario. Dicha obra se publicó en el magazine de ciencia ficción “Astounding Stories”, del género pulp, muy popular en la época.

Espero que os haya parecido interesante. Podéis seguir leyendo el segundo y último capítulo.

Los derecho de la imagen de «María» del film «Metropolis«, aquí.